miércoles, 23 de enero de 2008

Arauco tiene una pena







"Hoy son los propios chilenos los que les quitan su pan,



Levántate Huenchumán", decía nuestra querida Violeta,



y es que si los últimos sucesos en la araucanía nos dan muestras de un Estado chileno desatando la soberbia de sus gobernantes, en lo que podría transformarse en una guerra sucia, no nos puede dejar indiferentes. El trato vejatorio en contra de la profesora de Religión titulada de la PUCV, Patricia Troncoso, luego de más de 100 días de huelga de hambre en la búsqueda de acceder a derechos carcelarios que cualquier violador o asesino puede solicitar luego de cumplir la mitad de su condena, las golpizas contra civiles indígenas inocentes (incluso niños) por parte de la policía y la irregularidad de los métodos de investigaciones para detener a los "sospechosos" de las últimas quemas en Arauco nos da una pésima señal, se confunde "la mano dura" pedida por los empresarios-políticos de derecha con la inconstitucionalidad del actuar estatal, algo gravísimo. Espero que la ciudadanía vaya tomando conciencia poco a poco del valor de los derechos a los cuales el actual Gobierno sencillamente decide si se aplican o no. INDIGNANTE

1 comentario:

Tanino dijo...

El atropello es tan sistemático que se ha hecho costumbre, hábito y dogma... triste.
que nadie nos quite la voz (partiendo por nosotros mismos).
Un abrazo,
Giuseppe